Pulgarcito
a ratos siento que puedo salirme por el techo de los saltos que puedo pegar, derepente sonrío sin saber muy bien por qué y me río y me siento bien pero en el siguiente instante lo veo todo como una película y vuelvo a vivir con los liliputienses mientras una tea roja como mis labios me atraviesa el estómago dejándome sin respiración... haciéndome sentir estúpida, como la más tonta de la clase viendo la pelota venir hacia mi cara pensando que era solo una ilusión y dejar q se estrelle en mi nariz y me explote en mil pedazos... y no me gusta que los pelotazos eclipsen el bonito sol de primavera en pleno noviembre pero no puedo evitar que al contacto de la goma fría me sangre la nariz y mis ojos se llenen de lágrimas sobre todo por la impotencia de haber podido quitarme de en medio y no haberlo hecho... aunque bueno, no estoy tan segura de poder evitar el pelotazo, pero al menos podía haber dejado de jugar con los dueños de la pelota...