Tuesday, May 24, 2005

Betty Boop

Te me apareces viajando desde el pasado en una foto, la única foto que tengo con tu imagen, el único recuerdo palpable que me acerca más a ti, “compañera de hierros en la boca” ¿cuándo te traspapelaste entre mi vida y olvidé que estabas ahí? Sigo sin olvidar tu enorme sonrisa llena de carcajadas, tus danzas del vientre y tus interminables horas de “portera” criticona indignada con el mundo, sigo sin olvidar como hiciste de aquello algo de lo que disfrutar, cuatro casas y cinco indeseables, y yo seguía deseando ir aunque un solo día fuera y poder contarte el último pendiente que me había hecho, mi último novio o la última faena de alguna amiga – conocida… nimiedades a cual más estúpida mientras tú luchabas por poder seguir quedando conmigo, por poder seguir viendo a tus amigos, a tus padres, el amanecer de cada día, y no te acompañé en esa lucha, sólo un día, sin besos, sin abrazos (máxima esterilidad) te acompañé en tu calvario, y todavía me debes un cocodrilo de bolitas, y toda la vida lo estaré esperando y todavía te debo un ramo de girasoles y ni siquiera se todavía a dónde debo llevarlo, dos años llevo intentando decidirme a visitarte y dos años llevo negándome a hacerlo, si no te veo, no reconoceré que no volveré a verte, que no volveré a escuchar tu risa o a compartir contigo mis secretos más íntimos… porque para mí sigues aquí, no te has ido, y mientras pueda, no te dejaré marchar…

Saturday, May 21, 2005

Con alitas de mariposa

Te van saliendo alitas de mariposa para elevarte y hacer cosquillas a las nubes con tus bigotes y dejar de acariciar mis mejillas de pecas, te vas elevando para posarte en el sol junto con mis otras mariposas, y os hacéis de luz efímera que apenas toca mis ojos para atravesarlos y llenarlos de gotas de mar, elévate y dime de que color es el cielo que el humo gris de la vida no me deja verlo, elévate y dime como están mis almas aladas, pero no te eleves ni te alejes si no me sabes tuya, si no sabes que buceo en tus ojillos entornados, si no sabes que me cantas en mis sueños, de la mano por valles y montañas pirenaicas sin temer porque no estás solo, yo te agarro la mano y la aprieto con fuerza aunque tu no me contestes, y no me dejes sola tú a mí, acompáñame en mis andanzas hasta la costa o hasta la barra, no me dejes tropezar y no retires la mano que me aprieta hasta hacerme daño, y sobre todo nunca me olvides porque vives en mí desde el primer llanto que me dio vida, y se que vivo en ti desde antes incluso de ese momento.