Wednesday, April 14, 2004

Fui mayor


Sueño. Estoy despierta y sueño, sueño con veranos pasados y futuros. Contamino mis pulmones y mi sangre. El sol juega entre las hojas de los árboles, sus sombras se proyectan en mis ojos dejando pasar los rayos de luz a través de mis pupilas, el viento se enreda entre los dedos de mis pies y la hierba acaricia mi piel, me hace cosquillas. Una hormiga, diminuta vida paseándose sobre mí. El agua moja mis labios. Dejo que la luna entre en mi habitación, la noche me trae olores familiares que me llevan a otras habitaciones, a otros tiempos… una vez fui joven. Los niños llegan del colegio, una risa, un beso. Noches ruidosas por Madrid, caídas, tropezones, conciertos, coca colas, amanecidas. El sol me pilla despierta y bailando, y muero cuando el mundo comienza a resucitar, las ventanas se encienden y el café comienza a circular, millones de corazones volviendo a la vida. Tardes de guitarra en un banco, compartidas con Fito, Silvio, ojala… viejos y nuevos conocidos, risas, las cuerdas se deslizan torpemente entre mis dedos. Tardes de lágrimas en un bar., un cigarro, un amigo y un café, fui desgraciada y fui feliz, pero siempre hubo un hombro en el que llorar, siempre hubo una sonrisa que acompañar. Siempre fui hombro para llorar. Fracasos y triunfos. Pérdidas y ganancias. Tardes de fútbol en un bar., humo, vasos y espuma de cerveza. Un beso, el primer beso. Una caricia. “Te quiero”. Noches blancas de hospital, desesperación, impotencia, espera. Despedidas. Los que nunca volverán encerrados en mi memoria, los que siempre vuelven, los que están por llegar. Vidas que empiezan. Saludos. Abrazos, flores, cumpleaños. Calor y frío, buenas y malas épocas, así es la vida, y yo estoy viva, más viva que nunca. Peleas y reconciliaciones…desengaños, venganzas, perdones. Amor, estudios y descansos (más de éstos que de aquellos). Poesía, prosa, grandes libros. Rebeldía, un pendiente, dos, tres…huidas.

Mi bolígrafo se desliza rápido por el papel, mis dedos se entorpecen, movimientos vertiginosos por el teclado, acariciando las teclas. Obscuridades acompañadas de la luz azul de una pantalla.

Hace tiempo que no hablamos, ¿cómo estás? Cansada. ¿Y tu familia? Destrozada. He conocido el amor, el odio, la ira…si las miradas matasen…si las lágrimas te devolviesen la vida…

Gruesos copos caen del cielo, ilusión de niñez, la mirada perdida, brillo en los ojos, no cuaja, mañana viajamos, conduzco yo (conduzco yo!) No olvides la música. Ayer morí, me besó y resucité. La lluvia cae sobre Madrid, cielo gris sobre grises casas, grises calles, grises gentes…. El frío se mete en mis botas y en mis sesos. Apenas me he encontrado a mí misma, me he observado y he descubierto que no soporto mis meñiques. Apenas ha empezado a latir mi corazón. El aire limpio sacude mis pulmones, corro, más rápido que el viento, quiero volar lejos, escapar, grito, oigo mi voz a lo lejos. Silencio. Tengo la boca seca, tengo miedo. Hormigas de colores corren por las galerías del metro, llegan tarde, siempre llegamos tarde. El autobús se me escapa, la vida se me escapa. Cicatrices en mi piel, heridas cerradas que ya no duelen y heridas abiertas que no duelen demasiado. Fui feliz y soy feliz. Amo la vida, lo que me ha dado. A veces la odio.

Los niños juegan en la habitación, el gato ha comido, la cena está en el horno, todo encaja, todo es perfecto, unas notas suaves se cuelan por la ventana y por mis oídos, tímidas, arrancadas de una guitarra, lo reconozco, es Silvio, y vuelvo a soñar… ¿o despierto? No oigo nada, las voces de los niños se han apagado, ya no están, aún no son, pero serán. Suena el teléfono, hay partido, donde siempre, amigos, humo, vasos y espuma de cerveza.

He vuelto, soy yo, una vez fui mayor. Todo encaja. Soy desgraciada y feliz, soy joven. En la radio una canción, mi canción. La primavera va sacando al invierno de mi cama y se va metiendo en mis huesos. La noche va desterrando al día, la noche me va trayendo olores familiares y regreso de otras habitaciones lejanas. Salgo a la calle y todo sigue igual, las farolas me sonríen. Una voz familiar me saluda. Hola. Sueño, estoy despierta y sueño.

Nínive